Ejerciendo parte de sus múltiples roles para controlar el comercio
exterior y proteger las fronteras del país y en coordinación con el Ministerio
del Medio Ambiente, el Servicio Nacional de Aduanas identificó y retuvo dos
embarques con más de 114 mil kilos de lingotes de plomo que no cumplían con la
normativa vigente para ser exportados.
El primer caso corresponde a una empresa que había declarado que estaba
enviando dos contenedores con más de 69 mil kilos de plomo refinado a Ecuador,
valorizados en US$ 42 mil. Sin embargo, cuando los fiscalizadores de la
Administración de Aduanas de San Antonio realizaron el examen físico,
descubrieron que lo embarcado en realidad eran lingotes de plomo apilados en
pallets.
En otros dos contenedores pertenecientes a una segunda empresa, también
se constataron diferencias entre lo declarado y lo efectivamente embarcado, con
destino a la India. En este caso, en lugar de transportar 44 mil kilos de
desperdicios y desechos de plomo por US$ 295 mil, se descubrieron lingotes
“rústicos” y almacenados a granel.
Ambos procedimientos surgieron a partir de una alerta enviada por la
Subsecretaría del Medio Ambiente. Tras lo cual, Aduanas solicitó a las empresas
involucradas una serie de antecedentes para que acreditaran la procedencia del
plomo y el lugar de fundición, con el fin de descartar que las materias primas
usadas correspondieran a baterías de plomo ácido, lo que está prohibido por el
Decreto Supremo 148/2004 que establece el Reglamento Sanitario Sobre Manejo de
Residuos Peligrosos.
Como los representantes no pudieron presentar antecedentes fidedignos,
Aduanas se coordinó el Ministerio del Medio Ambiente y la Secretaría Regional
Ministerial de Salud de Valparaíso, concretándose la retención de las
mercancías, ante la sospecha de eventuales incumplimientos de las normativas
medioambientales vigentes en el país, incluida la suscripción de Chile al
Convenio de Basilea que prohíbe y norma el control de los movimientos
transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación.
El Administrador de la Aduana de San Antonio, Pablo Zambrano, destacó
que “se desarrolló un muy buen trabajo técnico y de coordinación entre varios
servicios y nuestros fiscalizadores, con un desenlace que nos permitió retener
estas mercancías peligrosas. De esta forma colaboramos para cumplir con
convenios medioambientales internacionales, protegiendo no sólo las fronteras
de Chile sino que también de los países que figuraban como destino final”.
Este año el Servicio Nacional de Aduanas ya suma la retención de 9
contenedores en el puerto de San Antonio con baterías de plomo ácido
usadas, chatarra de plomo y plomo refinado en lingotes, y otros dos
contenedores en el puerto de Talcahuano con baterías de plomo ácido y plomo
fundido en lingotes.
Todos estos productos quedan almacenados en los puertos, a la espera de
los procesos de disposición final que se coordinan con el Ministerio del Medio
Ambiente y la Seremi de Salud respectiva.
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