En Caldera cursó sus estudios primarios en la escuela Nº 9 de hombres y luego se trasladó a Copiapó, para seguir la secundaria en el Liceo de Copiapó. Desde pequeño José Rojas sintió el llamado de la vida militar. A los 19 años ingresó a las filas del Ejército, cumpliendo con el Servicio Militar. Destinado al regimiento Atacama de Copiapó, la muerte del presidente Pedro Aguirre Cerda extendió su periodo al interior de la institución de 9 a 15 meses.
En 1943 contrajo matrimonio con María Wastavino (ya fallecida) y tuvieron 8 hijos: María, Jorge, Gloria, Sonia, Luis, Adriana, Sara y Víctor. El año 1950 cambió su vida. El cabo primero Rojas Zamora fue destinado a la Escuela de Ingenieros de Santiago. El recinto de la calle Beaucheff de la comuna de Recoleta estaba en un periodo de cambio.
Militar en San Antonio
En marzo de 1953 la repartición se trasladó a Tejas Verdes y José Rojas Zamora fue uno de los encargados de la "mudanza". Como ayudante del capitán contador Delfín Carvallo Ortiz, su aporte fue fundamental en la instalación de la repartición militar en la comuna. En Llo-Lleo ascendió a sargento segundo y se radicó definitivamente en la zona. Rechazó incluso designaciones al ministerio de Defensa, porque "siempre recibí el buen cariño de la gente de San Antonio, el buen acercamiento, el deporte. Conocí la calidad del sanantonino. Me enamoré de este puerto", como confesó en una entrevista a un medio de comunicacion provincial.
Su amor por el deporte
Ahí comenzó su relación con el deporte. El año 1954 la Escuela de Ingenieros ingresó a la asociación de fútbol y José Rojas fue designado como delegado. De niño jugó como portero en su natal Caldera, pero en San Antonio inició su desempeño dirigencial. En la Asofútbol ocupó el cargo de vicepresidente.
En noviembre de 1969, José Rojas asumió la presidencia del Consejo Local de Deportes, cargo que ocupó hasta 1998. Este periodo fue el más fructífero, pues consiguió la construcción del gimnasio Montemar.
El 1970, aprovechando su amistad con el ministro de Obras Públicas, Pascual Barraza, gestionó la construcción de un gimnasio en Villa Italia. Cinco años demoró la materialización de la obra cuyo costo fue de 4 millones de escudos.
En 1981 Rojas Zamora dejó de vestir el uniforme militar, como suboficial mayor. Siguió en el CLD hasta 1998, pero su incansable espíritu lo llevó a asesorar a la rayuela, donde ejerció como relacionador público.
Gimnasio con su nombre
Gimnasio con su nombre
El tradicional Gimnasio Montemar cambio su nombre a este personaje, porque el mes de diciembre de 2005 fue develado por este caballero quien contribuyó a la construcción del “coliseo deportivo” del Litoral Central.
Rojas Zamora, en la década de los 90, fue condecorado como “Ciudadano Ilustre” de la comuna puerto, por el destacado labor en el deporte sanantonino.
Este es un adiós muy fraterno, es un adiós a un grande del deporte local, es un adiós a un señor militar, es un gran adiós a este caballero quien contribuyo a que el deporte se quedaría en San Antonio. Por eso queremos decirle hasta pronto al distinguido, al ciudadano, al rayuelero, al militar y a un personaje que siempre será recordado por su gimnasio que ya es nombrado por el nombre del él.
ADIOS JOSÉ ROJAS ZAMORA (1921-2009)
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