Pero sin ir más lejos, el 3 de abril pasado una reunión en
las instalaciones de la Municipalidad entre el alcalde Omar Vera y las
autoridades de las empresas portuarias locales confirmaron la recalada de este
barco, dejando positivos frutos quien fue confirmado esta venida a la zona.
Para el gerente comercial de Puerto Central, Carlos Baes destacó la venida del
buque turístico a la zona costera porteña, “el barco estaría llegando la madrugada
del martes, donde vamos a desembarcar 1700 pasajeros y embarcar un poco más de
1200 más la tripulación que se va a mover en San Antonio”.
“Esto no es solo para Puerto Central, para San Antonio, este
es un gran voto de confianza en la industria que se lo debemos a nuestros trabajadores
principalmente y estamos muy agradecidos de todas las autoridades que nos han
apoyado durante toda esta aventura”, añadió la autoridad del puerto sanantonino.
Gran desafío que no es una buena señal de trabajo que está
realizando el puerto, sino que también de las empresas concesionarias, quienes
de a poco a poco se han ganado la confianza de los clientes, asegurando que
pueden atender a naves de gran escala como el que va a recalar durante este
martes.
Arribo que por lo demás conlleva una coordinación con los
distintos servicios públicos, con las cuales la portuaria privada ha tenido que
trabajar mancomunadamente para entregar las condiciones necesarias para el
desembarco de la nave.
El gobernador provincial Manuel Villatoro Jerez señalo que
se encuentran desarrollando una serie de reuniones entre la Gobernación
Provincial y con los distintos actores públicos
para coordinar la llegada de la nave. “Esto implica mayor seguridad;
funcionarios del SAG; Aduana, gente de la Armada, que va a tener que reforzar
parte del trabajo, implica que la empresa tiene que traer pórticos de seguridad
y de rayos X, como si fuera un aeropuerto”.
Nuevo hito para este puerto que dará por finalizado la
temporada de cruceros, que por accidentadamente no llegará al puerto de
Valparaíso y que la comuna puerto será el paradero de este trasatlántico, que
hace más de medio siglo no se viera en estas costas: como ocurrio con los
cruceros Reina del Mar y Reina del Pacífico en la década del 50 y 60.
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