El importador había declarado que el contenedor de 40 pies que viajaba
desde el puerto de Cartagena, Colombia, venía repleto de baldosas de
vinilo para pisos, pero el trabajo de la Unidad de Análisis de Riesgo de
la Aduana de San Antonio alertó que se trataba de un embarque
sospechoso.
Diversos antecedentes recabados por los funcionarios aduaneros dieron
paso a una revisión más detallada y física de la carga, por lo que como
primera medida se decidió someter el contenedor al escrutinio del
camión escáner.
Las imágenes de rayos x inmediatamente dejaron en evidencia que la
carga declarada no era la que realmente había llegado al puerto chileno.
Al abrir el contenedor para el aforo físico, los fiscalizadores
aduaneros pudieron comprobar sus sospechas al descubrir en su interior
miles de cajetillas de cigarrillos de contrabando.
El conteo final dio cuenta de que se intentaba ingresar a Chile un
cargamento de 503 mil cajetillas de las marcas indias Golden City Blue,
Golden City Red y Jaisalmer, almacenadas dentro de 1006 pacas, mercancía
que tenía como destinatario final una empresa importadora de
Valparaíso.
Estas marcas son de origen indio y no se comercializan legalmente en
el país, por lo que además pueden ser dañinas para la población al no
cumplir con los estándares de fabricación exigidos por las autoridades
de salud.
Esta cantidad de cigarros fue avaluada US$ 1.869.089, a lo que se
suman los impuestos o derechos dejados de percibir por US$ 1.936.232. La
Administración de Aduanas de San Antonio interpuso la denuncia
correspondiente ante la fiscalía del puerto.
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